MENÚ PARA EL PROGRAMA DEL VIERNES 27 DE ENERO DE 2017
* Presentaremos un programa especial dedicado al TANGO EN MÉXICO
* En la sección el romántico de la cicatriz oiremos una cápsula en la que Fernando Hernández nos hablará de la producción tanguera de El flaco de oro*En la sección Una canción colombiana para el mundo, el dueto Briseño y Añez
1. Este viernes presentaremos un programa especial temático en el que escucharemos un paseo musical por el tango en México. Oiremos cuales fueron algunos tangos compuestos por autores mexicanos, como “Tango negro”, que se considera el primer tango mexicano, gracias a la creatividad del músico neolonés Belisario de Jesús García, y que escucharemos en una de sus primeras versiones que se conocieron en voz de la cantante cubana Pilar Arcos. También oiremos otros tangos mexicanos antiguos como Pecadora y El sacristán, del compositor aguascalentense Alfonso Esparza Oteo. Asimismo disfrutaremos de tangos argentinos pero cantados por voces mexicanas y latinoamericanas que destacaron en México en este género, como Emilio Tuero, Trío Argentino, Tito Guízar, Guty Cárdenas, Agustín Lara, Juan Arvizu, Carlos de Nava y hasta Lydia Mendoza, sin olvidar a Jorge el Che Sarelli, quien escribió un libro titulado El Libro Mayor del Tango (Ed. Diana-Mexico, 1974), con introducción de Carmelo Santiago, y en el capítulo El tango a través del tiempo menciona cómo el tango se introdujo en el gusto de los mexicanos, «en todas las clases sociales, tanto suburbanas como a la elite capitalina». Asimismo el artículo publicado por Jesús Orozco en todo tango.com, titulado Los orígenes del tango en México y sus intérpretes nos da un claro panorama de lo que originó este ritmo en México y por eso lo presentamos en forma íntegra en este menú musical.
Los orígenes del tango en México y sus intérpretes
Por Jesús Orozco
Fuente: todotango.com
Con el disco “Mi noche triste (Lita)”, grabado por Carlos Gardel en 1917, comienza la era del tango canción que influiría definitivamente en la estructura musical, la temática y la literatura del tango. A partir de los versos de Pascual Contursi que salen de su garganta, El Morocho inventa el modo de cantar los tangos. Los cantantes que lo sucedieron, Ignacio Corsini, Rosita Quiroga, Charlo, Azucena Maizani y Hugo Del Carril, entre muchos otros, se sujetaron por fuerza a este estilo de interpretación. De este modo, la carta definitiva del tango cantado estaba echada. Había nacido a principios del siglo XX, se consagró en España y en Francia para formar parte de la vida social europea, cruzó el océano y se introdujo en el medio cinematográfico de Estados Unidos. En los países iberoamericanos despertó un extraordinario interés a partir de sus letras dramáticas y de elocuente espíritu carcelario. En suma, eran pasajes de la vida cotidiana que transcurrían en ambas márgenes del Río de la Plata, pero que eran transmisibles, por su universalidad, al resto de los pueblos hispano parlantes.
México no fue la excepción, gracias al apogeo de la radiodifusión y los avances fonográficos, en un país que estaba en plena modernización y recuperándose de una guerra civil. Su majestad el tango invadió las estaciones de radio, las casas de discos, los gramófonos, los altavoces de ferias y la mayoría de los hogares mexicanos. Comenta Jorge Sareli en su libro El tango a través del tiempo: «En la década de los treinta, el tango se situaba en la ciudad de México, por su calidad, su ritmo, su cadencia, su languidez, su temática, su drama, su tragedia, su ternura, su breve filosofía de la vida, su mensaje, sus situaciones humorísticas y su coreografía diferente a otros ritmos musicales; cobró miles de aficionados a este género que apasionó y cautivó a todas las clases sociales tanto suburbanas como a la elite capitalina». Continúa diciendo: «Era la música que más se difundía y se escuchaba con mucho interés y entusiasmo, se cantaba y se bailaba con la alegría clara de la novedad, que el pueblo de la ciudad de México asimiló insospechadamente y se adaptó a tal grado, que compositores y cantantes mexicanos se dedicaron de lleno a interpretarlo y a sentirlo tanto como cualquier artista argentino o uruguayo».
En XEB «La estación del buen tono» y en XEQ Cadena Radio Continental, se crearon grupos de cantantes que cultivaban el tango. Allí estaban Maruca Pérez La Mocosita, quien fuera la primera intérprete de la obra de Agustín Lara, Carlos de Nava El Gardel Mexicano, Blanca Reducindo, los hermanos Américo y Abdón Alak , El Trío Argentino, grupo mexicano que tomaba como modelo el trío homónimo de Irusta-Fugazot-Demare, Blanca de la Fuente, Raquel Moreno y El Che Sareli, entre muchos otros. Por supuesto que tendríamos que considerar en esta lista a los anteriormente consagrados: Emilio Tuero, barítono español radicado en México, el tenor Juan Arvizu, que fue primer cantante de tangos, el tenor Alfonso Ortiz Tirado, con su gran recreación del tango “Clavel del aire”, el popular Tito Guizar, Fernando Fernández, luego director de cine y gran amigo de Discépolo, Los gauchos de los ponchos verdes y el famoso bolerista Pedro Vargas, quienes además tuvieron la osadía de llevar al mundo, un repertorio con tangos compuestos por autores mexicanos como el inspiradísimo Agustín Lara con su tango “Arráncame la vida” o Belisario de Jesús García, creador de “Tango negro”.
Nos relata Sareli que: «en esa época, procedentes de Argentina, llegaban artistas de todas categorías y diferentes cualidades histriónicas; por ejemplo, actores, cantores, cancionistas, declamadores, poetas, compositores, autores, cómicos, bailarines, coreógrafos, escritores y directores de cine». La estrella argentina Libertad Lamarque conoció a Pedro Vargas y a Ortiz Tirado en el ambiente de radio de Buenos Aires, iniciándose una amistad que luego se acrecentaría con su llegada a México. El éxito que tuvo la cantante argentina fue contundente, no tenía competencia en el país azteca donde había muy pocas cancionistas de tango. Su extraordinaria repercusión popular la transformó en una diva, no sólo de la canción, también de la cinematografía y, a partir de la repercusión de sus películas, sus admiradores la distinguieron con la frase: La novia de América. Antes que ella en 1938, había estado la bella Mercedes Simone que fue la primera artista extranjera contratada por el mítico local nocturno El patio, propiedad del empresario Vicente Miranda. En 1932 estuvo el famoso Trío Argentino integrado por Agustín Irusta, Robertp Fugazot y Lucio Demare, aunque este último no viajó y en su reemplazo lo hizo Rafael Iriarte. Otros que llegaron entre 1937 y 1945, fueron: Azucena Maizani, Agustín Irusta, Alberto Gómez, el dueto Llamas-Barroso, que hacían tango, folclore y humor, Rosita Quintana y el gran Hugo Del Carril. También triunfaron en sus escenarios: Ignacio Corsini, Charlo, Ángel Vargas y Amanda Ledesma El ángel rubio del tango, quien tuvo una breve pero interesante carrera artística en el cine azteca.
Agustín Lara, sin duda el máximo autor popular que tuvo México, tampoco pudo evitar la influencia de la música ciudadana en su obra. Compuso varios tangos, la mayoría de ellos fueron grabados por Libertad Lamarque y entre los que sobresalen “Arráncame la vida”, posiblemente el más conocido, “Carita de cielo [b]”, “Mentira [d]”, “Reproche [b]”, “No tengo la culpa [b]”, “Canalla”, “El cofre”, “Lejos”, “Adiós [b]”, “Como te extraño”, “Consejo”, “Lo de siempre”, todos de gran calidad y difusión. El eximio creador de tantos boleros y canciones inolvidables como “Granada” o “María bonita”, nació en la ciudad de México el 30 de octubre de 1896 y falleció el 6 de noviembre de 1970.
2. Para redondear el tema del tango en México no podemos dejar de lado la producción tanguera de Agustín Lara, quien antes de conocer Argentina ya había escrito más de 24 tangos. Desempolvaremos una cápsula de la sección El románico de la cicatriz, en la que Fernando Hernández, desde Jalapa, Veracruz, nos hablará de la producción tanguera del Flaco de Oro. Orlando Ortega escribe que cuando por los años treinta el tango invadió a México, al igual que algunos compositores mexicanos, Lara se animó a incursionar en el mundo de este género y compuso su famoso tema “Arráncame la vida”. El estilo del Flaco de Oro se prestaba para producir un tango con las altas dosis de dramatismo que este género demanda y logró una canción que hubiera sorprendido al mismo Gardel; con bandoneón, arrabal y mucho sentimiento. Presumía Pedro Vargas “El samurai de la canción” que su compadre Agustín la había compuesto especialmente para él, sin embargo la versión en la voz de Lara contiene más sentimiento que la de Vargas e incluso que la de Libertad Lamarque. Este tango se convirtió en un éxito en toda Latinoamérica y acompañó a los románticos enamorados que ofrecían su existencia al ser amado. En los momentos en que este tango estaba en pleno apogeo, algunos que se encontraban al borde de la lipidia, al ser requerido de parte de un acreedor, exclamó con todo sentimiento “arráncame la vida”, en señal de que lo único con lo que contaba era su existencia. (Con datos de https://ortegareyes.wordpress.com).
3. En la sección Una canción colombiana para el mundo, el coleccionista Alberto Cardona Libreros, desde Bogotá, Colombia, nos hablará del dueto conformado por Alcides Briseño y Jorge Añez. Según datos de Jaime Rico Salazar, en los primeros meses de 1922 Jorge Añez salió del colegio donde estuvo aprendiendo inglés y tuvo la agradable sorpresa de encontrarse con Alcides Briceño, que en 1918 había llegado a los Estados Unidos en busca de mejores horizontes artísticos. Decidieron entonces formar un dueto. Briceño con el tiple y Añez con la guitarra. Sus voces se acoplaron tan bien que el circuito radial de Ail Keith los contrato para hacer una gira por Estados Unidos. Al regresar a Nueva York y con el acople conseguido en la gira se presentaron a la casa Victor que inmediatamente los contrató. Integraron al dueto al mexicano Manuel Valdespino, magnífico guitarrista y formaron el Trío Sevilla. Pero en la labor de grabación únicamente funcionaba el dueto, ya que así lo condicionaba el contrato firmado con el sello Victor. La primera sesión de grabación que hicieron Briceño y Añez fue el 5 de diciembre de 1922 y grabaron "Mi viejo amor" de Alfonso Esparza Oteo y el tango "La copa del olvido". La segunda grabación la hicieron con el bambuco "Ingrata" de Pedro Morales Pino y "Como olvidarla" bambuco de Alejandro Wills. Tuvieron el respaldo de la orquesta de Nathaniel Shilkret y también Justiniano Rosales los acompañó con el tiple.
Estas canciones y otras más son las que le presentaremos este viernes 27 de ENERO 2017 en “Hasta que el cuerpo aguante”, desde Aguascalientes, México.
* El orden en que se anuncian las canciones no necesariamente es el orden en que se presentarán durante el programa.
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