MENÚ PARA EL PROGRAMA DEL VIERNES 10 DE AGOSTO DE 2018
* Programa especial dedicado a la cultura oaxaqueña con música en vivo
* Además, recordaremos al ventrílocuo Paco Miller y hablaremos con su hijo Edmundo
* En Ay Jalisco no te rajes, semblanza de La Torcacita; en Una canción colombiana para el mundo, Orozco y Cáceres, y en la Cadena del recuerdo, semblanza del Paco Miller
2. Otra de las grandes figuras de la música oaxaqueña es Álvaro Carrillo, quien incursionó en diversos formatos musicales, como las chilenas, huapangos, sones, y ritmos sudafricanos. Sin embargo, fue en el bolero en el que compuso la mayor parte de su obra actualmente conocida. Por medio de una sensibilidad y sencillez características, las composiciones de Carrillo se abrieron paso en el escenario musical de finales de los años cincuenta, colocándose rápidamente en los medios de la época y en el corazón de las familias mexicanas. A partir de su encuentro y amistad con Pepe Jara, también conocido como “El trovador solitario”, las composiciones de Carrillo encontraron en el intérprete una voz adecuada para expresarse. El dueto entre los dos amigos obtuvo una respuesta favorable a partir del lanzamiento de “Amor mío”, pieza que les permitió la entrada a la industria musical. Poco después, piezas como “La mentira”, “Sabor a mí”, y “El andariego”, se colarían en todos los rincones del país. Se graduó como ingeniero en agronomía por la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, pero abandonó esa profesión para dedicarse a la música. Su primera canción fue Celia. Poco después compuso Sabor a mí, su canción más conocida. Hizo varias giras por la República Mexicana y se presentó en radio y televisión. Al final de su vida actuó en temporadas en el teatro Blanquita. Frank Sinatra grabó una versión en inglés de su canción La mentira, que fue utilizada como tema de una película estadounidense del mismo nombre (The Lie). Por otro lado, “Sabor a mí” fue grabada en diferentes lenguas, principalmente en español, inglés, francés, alemán, italiano, holandés y papiamento. Otras canciones suyas son Amor mío, El andariego, El bravero, Ése, La puerta se cerró detrás de ti, La señal, Luz de luna, Pinotepa Nacional, Sabor a nada, Sabrá Dios, Se te olvida y Un poco más, además de su contribución al repertorio de la chilena guerrerense: chilena de Pinotepa Nacional, Con cuidadito, El amuleto, La negra cortijana y La yerbabuena. (Con datos de Gabriel Pareyón y www.mugsnoticias.com.mx/cultura/alvaro-carrillo).
3. El 24 de agosto de 1869, falleció Macedonio Alcalá, quien fue un violinista, pianista y compositor mexicano recordado hoy en día especialmente por su composición del himno “Dios nunca muere”. Macedonio Alcalá nació en la Ciudad de Oaxaca el 12 de septiembre de 1831. Desde temprana edad mostró interés hacia la música y comenzó a asistir a la escuela fundada por el profesor José Domingo Martínez. Algunos años después se mudó a Yanhuitlán. El 30 de julio de 1854, a la edad de 23 años, Alcalá contrajo nupcias con Petronila Palacios de 21 años, originaria del mismo lugar. Ellos tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer. Aunque él era reconocido como un músico consumado, no era capaz de ganar suficiente dinero en su profesión para mantener a su familia. Esto lo llevó a la depresión y al alcoholismo e incluso contrajo algunas enfermedades. Durante su convalecencia, una delegación de indígenas de un poblado cercano, Tlacolula, llegaron para solicitarle que compusiera un vals en honor a la Virgen María, patrona de la población. Aunque seguía lejos de estar bien, Alcalá trabajó arduamente en el vals, “Dios nunca muere”. La gente de la población quedó muy complacida con la composición. Macedonio murió en Oaxaca en 1869, a la edad de 37 años. Después de su muerte, su hermano Bernabé publicó el vals “Dios nunca muere” bajo su nombre, pero los nativos de Tlacolula protestaron y demostraron que el trabajo era obra de Macedonio. El vals es hoy, aunque no de manera oficial, el himno de Oaxaca.
4. Otra de las figuras ligadas a Oaxaca es el compositor Ignacio Fernández Esperón, Tata Nacho, quien luego de vivir en esa ciudad, se trasladó a la ciudad de México. Ignacio se acostumbró al trato con artistas, e intentaba imitarlos, por lo que a los ocho años de edad improvisaba piezas de canciones que escuchaba a menudo en su casa. Las tocaba en el piano o en el violín que le habían regalado y para tocar este instrumento se subía en una silla y se ponía junto a una ventana abierta para que todos en la calle pudieran oírlo. Cuando él contaba con sólo 10 años de edad, en el año de 1904, su padre murió. Estudió en la Escuela Normal para Maestros y poco después trabajó en un taller donde reparaban máquinas de escribir; atendía a los clientes y manejaba una afiladora para hojas de rasurar. Su trabajo era extremadamente aburrido, le pagaban quince pesos mensuales. Cansado de ese trabajo se fue a Oaxaca para poder estar en contacto con la naturaleza, de donde sacó nuevas ideas para su obra y decidió ingresar a la Escuela Nacional de Agricultura. Ahí hizo nuevos amigos, entre ellos Marte R. Gómez, Juan de Dios Bohórquez y Luis L. León, quienes años más tarde serían conocidos políticos. Tata Nacho componía ya canciones populares, que apenas comenzaba a dar a conocer. Un día, una joven modelo de Nacho Rosas, en quien se inspiraba el poeta Francisco Orozco Muñoz, dejó el estudio para volver a su pueblo dejando desconsolado al poeta. Tata Nacho se acercó al piano y tocó una de sus más recientes composiciones titulada Adiós mi chaparrita, cuya letra cambió en ese momento para hablar de la pena que sufría el poeta en esos momentos. A todos los artistas ahí presentes les gustó mucho la canción, y Tata Nacho tocó entonces otra de sus canciones titulada La Borrachita, que alegró al poeta Francisco Orozco Muñoz, y lo hizo olvidar su pena.
5. Otro ilustre es José López Alavés, autor de la célebre Canción Mixteca, una de las ganadoras en el Primer Concurso de Música Nacional organizado por el diario El Universal. El jurado consideró que la canción, junto con “Mi jacalito” y “Un sueño fue, representaban “mayor labor por ser obras originales”. Alavés integraba la banda de música de la División del Norte perteneciente a las fuerzas villistas en la Revolución. A su regreso del movimiento se enamoró, se casó y tuvo siete hijos. En 1915, José López Alavés escribió la obra que ganó un concurso de El Universal. Su nieto relata anécdotas del compositor. La familia de López Alavés conserva un ejemplar del periódico El Universal fechado el 31 de marzo de 1918, en el que se da a conocer a los ganadores del Primer Concurso de Música Nacional organizado por este periódico. Cuando José López Alavés (con s lo escribió a partir de los años 70, antes con z) se sentó en aquella arboleda de Querétaro y escribió la “Canción Mixteca” no imaginó que 70 años después su composición acompañaría al primer astronauta mexicano en viajar al espacio, que sería interpretada en el Palacio Imperial de Viena, traducida al alemán y mucho menos que se convertiría en el himno de gente que, como él, ha dejado su hogar en busca de mejores oportunidades. Era 1915 y el originario de Huajuapan de León, Oaxaca, integraba la banda de música de la División del Norte, perteneciente a las fuerzas villistas en la Revolución. Tres años antes ya había hecho la línea melódica, pero todo se conjugó ese día. “Qué lejos estoy del suelo donde he nacido, inmensa nostalgia invade mi pensamiento, y al verme tan solo y triste cual hoja al viento, quisiera llorar, quisiera morir, de sentimiento…”, dice la letra. (Con texto tomado de El Universal del 10 de marzo de 2018).
6. Desde Oaxaca escucharemos varias canciones con un toque de ese bello lugar, entre ellas “La Martiniana”, en voces y guitarras del Trío Montealbán y otra versión de El Negro Peregrino. Esta canción, La Martiniana, cuenta con los versos del poeta oaxaqueño Andrés Henestrosa Morales, nacido en San Francisco Ixhuatán, Oaxaca, el 30 de noviembre de 1906 y fallecido en México, D. F., el 10 de enero de 2008. Fue un poeta, narrador, ensayista, orador, escritor, político, bibliófilo, historiador y periodista mexicano. La canción de La Martiniana es un famoso son tradicional mexicano, característico del istmo de Tehuantepec, Oaxaca conocido particularmente por su estrofa "No me llores no, porque si lloras yo peno, en cambio si tú me cantas yo siempre vivo y nunca muero..." que el compositor y escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa, popularizó, y que se ha convertido en un canto popular muy utilizado, además de los más representativos del estado de Oaxaca y de México. Sin embargo, la autoría de este tema por parte de Henestrosa es dudosa, porque esta canción desde tiempo atrás era un son popular tehuantepecano con autoría anónima, este autor escribió la misma música con diferente letra antes que Henestrosa popularizara la suya. La canción se llama "La Micaela". Hay un debate en cuanto al cambio de nombre de la canción hecho por Henestrosa, puesto que es muy común que autores istmeños compongan letras sobre melodías ya existentes.
7. En la sección Ay Jalisco no te rajes, nuestro colaborador en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, Alberto Ramírez Martínez nos presentará una semblanza de la famosa cantante Matilde Sánchez Elías "La torcacita". Tendremos una conversación con su hija Norma Grimaldo. La Torcacita nació en Tequila, un pequeño y pintoresco pueblo del Estado de Jalisco, el 13 de marzo de 1927. Cuando Matilde era muy pequeña, sus padres deciden cambiar su lugar de residencia y se van a radicar a la ciudad de Tampico en el Estado de Tamaulipas, es ahí en donde Matilde inicia su carrera artística formando dueto con su hermana Faustina, pocos años mayor que ella. Siempre en compañía de su mamá, Matilde y Faustina de 9 y 12 años respectivamente se dirigen a la ciudad de México y ya en la XEW no les fue fácil contactar a Emilio Azcárraga, pero la ilusión de Matilde por cantar en la estación de radio más importante, la impulsó hasta conseguir que les hicieran una prueba en la que estuvieron presentes altos ejecutivos de la empresa. La audición fue todo un éxito. Como resultado de dicha audición les propusieron que formaran parte del elenco de uno de los programas, pero al señor Azcárraga no le gustó el nombre de "Las Tapatías" porque sonaba muy fuerte y ellas eran unas niñas y después de varias propuestas Emilio Azcárraga las bautizó con el nombre de "Las Torcacitas", iniciando con este nombre una corta etapa de éxitos y satisfacciones artísticas, hasta que Faustina al contar con 15 años de edad decide casarse y abandonar la carrera. Posteriormente Paco Miller la invitó a formar parte del elenco de su compañía artística, en donde estaba también Lucha Reyes. Matilde Sánchez Elías "La torcacita", falleció en la ciudad de México el 1 de noviembre de 1988.
8. En la sección Una Canción colombiana para el mundo, Alberto Cardona Libreros nos ofrecerá una semblanza y grabaciones del dueto Orozco y Cáceres. Aunque hay muy pocos datos de este dueto, pero podríamos arriesgarnos a decir que estaba conformado por el argentino Miguel Cáceres y el colombiano Ladislao Orozco, a excepción que algún amigo nos rectifique el dato. Cáceres es quien conformó con Luis Valente aquel famoso dueto Valente y Cáceres. Al hablar de Ladislao Cáceres, Mauricio Restrepo Gil escribe en el diario www.elmundo.com que los antioqueños al son del aguardientico de mi Dios, escucharon hasta la saciedad en las victrolas, ortofónicas y gramófonos las canciones de Orozco y con ellas se casaron, olvidaron a su amada o encontraron de nuevo el amor. En la ciudad de Cartagena vino al mundo Ladislao Francisco Orozco Figueroa, el 3 de septiembre de 1905. Agrega Restrepo Gil que desde sus primeros años el niño Orozco dio sus primeros pasos musicales al lado de su padre, hasta convertirse en un virtuoso del violín. Ladislao hizo historia con sus pasillos, la música caliente como porros, fandangos, cumbias, danzones, fox trot y pasodobles. Lamentablemente sus múltiples composiciones han ido cayendo en el olvido. Orozco dominó el violín y el piano, además de que tocaba muy bien la timba y la tumbadora, a lo que se sumaba a su voz melodiosa y excelente como acompañante en duetos. Este dieto, Orozco y Cáceres, también llevaros al disco la canción “Por ti lloramos siempre”, dedicada al aviador colombiano Ernesto Samper.
9. Dentro del programa de este viernes, haremos una especial dedicado al ventrílocuo Paco Miller: Escucharemos una semblanza de él en la sección La cadena del recuerdo, también presentaremos algunas grabaciones que hizo en 78 rpm y hablaremos con su hijo, el también ventrílocuo Edmundo Miller, quien nos platicará algunas anécdotas y buenos recuerdos de Paco Miller y su muñeco Ron Roque. Paco Miller fue un ventrílocuo ecuatoriano radicado en México. Nació en Guayaquil, Ecuador en el año de 1909 y murió en México D.F. el 9 de diciembre de 1997 a la edad de 88 años. Paco Miller fue quien, en 1943, unió a Germán Valdés a su compañía y quien, posteriormente, lo bautizó como Tin Tan. El verdadero nombre de Paco Miller era Edmundo Jijón Serrano. Lo llamaron El hombre de las mil voces y su compañero inseparable de faenas fue el muñeco Don Roque; recorrió escenarios de América y se radicó en México, donde triunfó como empresario y se convirtió en descubridor de estrellas de la talla de María Victoria, Marilú y Germán Valdez, Tin Tan, e invitó a su espectáculo a Cantinflas, Jorge Negrete y Pedro Infante. Además, actuó en películas y trabajó con el famoso Walt Disney. Se le recuerda especialmente en la cinta cinematográfica “La liga de las canciones”, filmada en 1941 y que contó con las actuaciones de Mapy Cortés, Ramón Armengol, Marilú y La Panchita, entre otros.
Estas canciones y otras más son las que le presentaremos este viernes 10 de AGOSTO de 2018 en “Hasta que el cuerpo aguante”, desde Aguascalientes, México.
* El orden en que se anuncian las canciones no necesariamente es el orden en que se presentarán durante el programa.
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